Aumenta la tensión entre París y Niamey tras el golpe de Estado en Níger, que debilita aún más el rol de Occidente en el Sahel y podría ampliar la influencia de Rusia en la región.
La junta militar que tomó el poder tras derrocar al primer presidente del país elegido en las urnas, Mohamed Bazoum, acusó este 31 de julio a Francia de presuntamente planear ataques contra la sede de la Presidencia, con el fin de liberar al mandatario derrocado, retenido por los militares en ese lugar desde el pasado 26 de julio.
Los señalamientos fueron hechos mediante un comunicado del coronel del Ejército, Amadou Abdramane, uno de los golpistas, quien aseguró que una supuesta autorización a París para «intervenir militarmente» fue firmada por el ministro de Asuntos Exteriores de Níger, Hassoumi Massoudou, en calidad de primer ministro.
«En su búsqueda de formas y medios para intervenir militarmente en Níger, Francia, con la complicidad de algunos nigerinos, celebró una reunión con el jefe de personal de la Guardia Nacional de Níger para obtener la autorización política y militar necesaria», señaló el mensaje leído en la televisión estatal.